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La higiene en los hospitales: el gran reto

Las infecciones hospitalarias (llamadas infecciones nosocomiales) son uno de los mayores problemas del sistema sanitario. Las razones son múltiples. La a menudo citada falta de higiene en los hospitales debido a la presión del tiempo y al exceso de trabajo del personal está a veces justificada, pero no es la única razón del mayor riesgo de contraer un germen en un centro asistencial. La resistencia a los antibióticos y la resistencia cruzada favorecida por ciertos desinfectantes como el QAV anulan muchos de los esfuerzos del personal.
Sin embargo, también es un hecho que muchas de estas infecciones pueden evitarse mediante una higiene óptima en el hospital y una gestión cuidadosa de la desinfección.

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¿Por qué la higiene en los hospitales?

La definición de higiene es: „La ciencia de mantener y cuidar la salud“, es decir, la prevención de enfermedades mediante la prevención. Básicamente, a mayor higiene, menos enfermedades (infecciosas). El problema no es el desconocimiento de esta relación, sino, por un lado, el gran esfuerzo (y por tanto los costes) que supone una buena higiene en los hospitales y, por otro, una cierta „ceguera operativa“ o cansancio por cumplir siempre las normas de higiene realmente conocidas en las consultas médicas y los hospitales.

Sin embargo, los costes asociados a una normativa y unos requisitos higiénicos más eficaces pueden pagarse con el ahorro que supone la prevención de enfermedades. Un menor riesgo de infección para los trabajadores significa menos absentismo por enfermedad. Además, un riesgo de infección menor que en otros hospitales contribuye de forma decisiva a la buena reputación de un hospital, lo que a su vez aumenta el interés de los pacientes privados en particular por la institución en cuestión.

Higiene hospitalaria: definición y formación del concepto

La higiene hospitalaria se define como la disciplina médica que consiste en investigar y aplicar medidas especiales de higiene en los hospitales que tratan a pacientes internos y externos. Esto incluye las consultas médicas en las que se realizan procedimientos quirúrgicos ambulatorios. La higiene hospitalaria incluye medidas higiénicas que forman parte de la protección de los pacientes y del personal (salud y seguridad en el trabajo y medidas de prevención de accidentes).

Por lo tanto, un concepto de higiene consiste principalmente en hacer una selección de medidas interdepartamentales que trabajen mano a mano para lograr el objetivo deseado de mejorar la higiene en el hospital. La secuencia de la teoría del concepto (analizar, evaluar, definir medidas, aplicar, controlar) y la teoría de la calidad (planificar – hacer – comprobar – actuar) ayudan a generar una estructura adecuada para el concepto de higiene.

En primer lugar, se analizan los puntos críticos o los puntos débiles del concepto actual de higiene, como en un concepto HACCP. En el segundo paso, estos resultados ayudan a introducir la evaluación de las medidas preventivas, las normas de higiene y los procedimientos antiinfecciosos (por ejemplo, la esterilización, la desinfección, la antisepsia, la tecnología del aire ambiente, etc.), así como el desarrollo y la evaluación de los procedimientos de garantía de calidad.

Higiene en los hospitales : normas legales y directrices

En todos los países existen normas legales que deben consultarse a la hora de elaborar un concepto. En Alemania, por ejemplo, la Ley de Protección de la Infección (Infektionsschutzgesetz, IfSG), y en Suiza la Ley de Epidemias (EpG) constituyen la base legal de las medidas de higiene en los hospitales. La Comisión de Higiene Hospitalaria y Prevención de Infecciones (KRINKO) del Instituto Robert Koch (RKI) también emite regularmente recomendaciones sobre medidas de higiene hospitalaria.

En Suiza, Swissnoso, en particular, es también una autoridad superior y un socio competente en la optimización de la higiene hospitalaria en la lucha contra las infecciones nosocomiales. Esta red coordina las acciones y recoge los casos con fines estadísticos, entre otras cosas. En el caso de Alemania, el responsable es el Instituto Robert Koch (RKI). Es más conocida por la lista RKI de desinfectantes, una lista de productos probados para la desinfección en hospitales. Además de los desinfectantes, también figuran en la lista algunos productos de limpieza y limpiadores desinfectantes.

Consejos prácticos para la higiene hospitalaria: las manos

Es trágico que, a pesar de los hallazgos de Semmelweis sobre la importancia de la higiene de las manos en los hospitales, la mayoría de las infecciones nosocomiales sigan siendo causadas por manos contaminadas.
Directrices de la OMS sobre la higiene de las manos en la atención sanitaria: un resumen. La OMS, 2009 recomienda:

  • Higiene de manos con desinfectante de manos a base de alcohol. Campos de aplicación: Para la desinfección rutinaria antes y después del contacto directo con un paciente.
    Duración: 30 segundos.
    Es importante cuidar las manos con regularidad, ya que mojarlas regularmente con desinfectantes de manos a base de alcohol puede hacer que se resequen y agrieten.
    Higiene de las manos con agua y jabón (lavado de manos).
  • Campos de aplicación: Para manos visiblemente contaminadas, por ejemplo con sangre u otros fluidos corporales. Después de visitar el baño.
    Duración: de 40 a 60 segundos
    Aquí es imprescindible utilizar grifos de agua sin contacto y jabón líquido suave de un dispensador con sensor, así como toallas desechables para evitar la recontaminación de las manos después del lavado.
    Formación y supervisión.

Aunque todos los empleados del hospital son básicamente conscientes de la importancia de la higiene de las manos, el estrés, la rutina diaria, la desmotivación o el simple olvido conducen a una insensibilización progresiva respecto al tema. Por ello, es importante contar con un órgano de control independiente de la jerarquía habitual que vigile constantemente la higiene en el hospital y proporcione información al respecto. Esto puede hacerse, por ejemplo, mediante controles periódicos por sorpresa. En la práctica, se ha comprobado que tiene éxito si diferentes clínicas u hospitales, o incluso competidores, se hacen un muestreo mutuo.

Consejos prácticos para la higiene hospitalaria: superficies

Superficies secundarias

(por ejemplo, suelos, paredes, etc.): Tratar con productos de limpieza de superficies adecuados, si es necesario con aditivos desinfectantes. Importante: Es fundamental utilizar un sistema de limpieza que evite la propagación de gérmenes. Un sistema de cambio de fregona como el Vileda Swep System en lugar del anticuado método del cubo y la fregona es ideal para una higiene óptima en los hospitales. Las últimas tendencias y estudios de los países escandinavos (o el „modelo Friburgo“) van incluso en la dirección de la limpieza en seco con almohadillas de microfibra que atrapan el polvo. Esta limpieza en seco ha demostrado ser una alternativa o complemento funcional y serio para la higiene hospitalaria.

Superficies primarias/puntos de contacto

(por ejemplo, teclados, trampas de puertas, teléfonos, pantallas táctiles, asideros…) Por limpieza/desinfección manual con un desinfectante de la lista RKI y un paño/toallita desechable.
Debido al peligro de formación de resistencias (un problema especialmente en los grandes hospitales), es ventajoso combinar diferentes sistemas de efectos entre sí o utilizar alternativamente desinfectantes con diferentes mecanismos (por ejemplo, desinfectantes oxidantes).

Desinfección de toda la sala:

Para optimizar la higiene adicional en caso de brotes y para prevenir los gérmenes resistentes: En este caso, se recomienda una desinfección adicional en aerosol con Sanosil S010 / S015, con el sistema Sanosil Q-Jet (Q-Jet C 10, Q-Jet CT20) como complemento para poder cubrir todas las superficies de una sala contaminada lo más completamente posible. Este sistema marca tendencia y está orientado al futuro de la higiene hospitalaria.

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